En esta época de brujas, fantasmas y dulces, Zipaquirá vive su propia historia, donde los verdaderos villanos no son monstruos de película, sino los malos hábitos que día a día ensombrecen la belleza de la ciudad. Cada envoltura que cae al suelo, cada bolsa mal dispuesta, cada gota de agua desperdiciada y cada residuo arrojado fuera de lugar deja una marca. Sin darnos cuenta, esos pequeños gestos se convierten en sombras que opacan el brillo de Zipaquirá, una ciudad que merece lucir limpia, ordenada y llena de vida.

Recuerda: si vas a salir este 31 de octubre a celebrar el Día Dulce, no arrojes el papelillo a la calle; guárdalo y deposítalo en la basura de tu casa. Pequeñas acciones como esta hacen una gran diferencia para mantener viva la magia y el brillo de la ciudad.

Frente a esa oscuridad cotidiana, aparecen los verdaderos superhéroes de EPZ. Cada cuadrilla y servicio, trabajan sin descanso para romper los hechizos de la suciedad y devolverle la luz a Zipaquirá.

Son los héroes del servicio de aseo, quienes recorren las calles recogiendo papel por papel, barriendo los desechos y enfrentando a los fantasmas que persiguen a los ciudadanos. Es el equipo del acueducto, que día a día combaten los monstruos del consumo irresponsable de agua y trabajan desde las plantas de tratamiento para garantizar agua potable de calidad, recordando que cada gota desperdiciada afecta a toda la ciudad. Por su parte, las cuadrillas del alcantarillado se adentran en las profundidades, en cada sumidero donde se esconden los restos de los malos hábitos: desde teclados y zapatos olvidados, hasta colillas de cigarrillo y otros desechos que nunca debieron llegar allí. Con esfuerzo y compromiso, estas cuadrillas realizan mantenimientos constantes en cada rincón de la ciudad, asegurando que la red que protege a Zipaquirá se mantenga limpia y funcional para todos.

Cuando cae la noche y los “monstruos de la oscuridad” intentan volver a aparecer, los superhéroes de EPZ sobresalen con su luz. Desde el servicio de alumbrado público, iluminan calles y parques, rompiendo las sombras y brindando mayor percepción de seguridad para todos los habitantes.

Estos héroes invisibles trabajan día y noche, rompiendo los hechizos y maldiciones que dejan los malos hábitos. Pero su lucha no puede ser solitaria: necesitan que cada ciudadano se una a su causa, porque los verdaderos villanos no son de fantasía, sino las malas costumbres que ensucian, desperdician y dañan lo que tanto cuesta mantener.

La buena noticia es que todo puede cambiar: el hechizo se rompe cuando cada ciudadano transforma pequeñas acciones en hábitos que cuidan la ciudad, como:

ü Guardar el papelillo y la envoltura de los dulces, sin votarlos a la calle.

ü Cerrar el grifo mientras no se usa, porque cada gota cuenta.

ü Sacar la basura en los horarios establecidos, evitando los fantasmas de los malos olores.

Zipaquirá no necesita magia para brillar; lo que necesita es el compromiso y sentido de pertenencia de sus habitantes, y este 31 de octubre, mientras se celebra el Día Dulce, la verdadera magia estará en cuidar lo nuestro.

Este Halloween: dulces sí, basura no; el papelillo en el bolsillo. Cuando todos los ciudadanos colaboran, demuestran que los héroes de EPZ no están solos, las sombras se disipan y Zipaquirá resplandece con su luz más hermosa: la del respeto, el cuidado y el amor por la ciudad.

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